V i n o s

Creemos en los vinos que nacen de un paisaje real, de un cuidado sincero y de una familia que sigue unida para hacer las cosas bien. En cada botella hay tiempo, origen y autenticidad. Y, sobre todo, una invitación: que forme parte de tu propia historia.

R e g u i l ó n

Lo que encontrarás en la copa

Reguilón es un Tempranillo… pero no es el Tempranillo que conoces.

La ubicación de la parcela modifica de forma natural las características organolépticas de la uva y le da a este tinto un perfil único.

Presenta un color rubí brillante y, en nariz, destacan frutas rojas como la fresa y la cereza, acompañadas de notas especiadas que provienen tanto de la variedad como del entorno donde se cultiva y de su crianza de 8 meses en barrica.

En boca es fresco, equilibrado y sorprendentemente elegante, con un carácter propio que lo hace muy fácil de disfrutar.

La historia detrás del vino

Reguilón guarda parte de nuestra historia familiar.
Es un vino que comenzó a elaborar nuestro padre, Felipe, retomando el oficio que nuestro bisabuelo ya ejercía hace más de 100 años en estos mismos campos.

Aquí, donde pocos pensarían en un tinto, la tierra demuestra que también tiene algo especial que decir.

Reguilón es un símbolo y la puerta de ese potencial: un vino que reivindica la esencia del territorio y el valor de seguir un legado con convicción, cariño y respeto.

V i d a 1 8 8 3

Lo que encontrarás en la copa

Vida 1883 es un vino de ensamblaje o fiel blend de las seis variedades tintas que conviven en nuestra parcela de 3 hectáreas. Cada una aporta un matiz distinto, creando un vino profundo, equilibrado y con una personalidad muy marcada.

En nariz aparecen frutas maduras, un toque balsámico y notas procedentes de su crianza prolongada en barrica.

En boca es redondo, envolvente y persistente, con un final suave que invita a seguir explorándolo.
Es un vino que agradece la calma, el tiempo y la curiosidad.

La historia detrás del vino

Vida 1883 es mucho más que un vino: es un homenaje.
Su nombre hace referencia al año de nacimiento de nuestro bisabuelo Valeriano Moro, cosechero de vinos y origen de todo lo que somos hoy.

Solo elaboramos este vino en las añadas de calidad excepcional y su producción está limitada a 1.200 botellas.

Cada una de ellas habla de la vida… y de nuestras vidas: del paso del tiempo, de las generaciones que han trabajado esta tierra y de la voluntad de seguir construyendo un legado que perdure y que pueda ser compartido.

Nuestra historia

C ó m o l o c o n s e g u i m o s

Después de conocer nuestros vinos, es fácil preguntarse qué hace que sean así, qué hay detrás de cada botella y por qué conservan ese carácter tan propio.

La respuesta está en una historia familiar que ha ido creciendo entre viñedos, estaciones y generaciones.

Estas tierras llevan más de un siglo acompañando a nuestra familia. El bisabuelo fue quien comenzó a trabajarlas y, años después, fueron nuestros padres quienes recuperaron la viticultura en estos mismos campos, devolviendo vida a un paisaje que había sido importante para varias generaciones.

Hoy somos nosotros quienes continuamos ese camino, combinando lo aprendido en casa con una forma de trabajar honesta, tranquila y respetuosa.

Y aunque la historia explica mucho, lo que más revela la personalidad de nuestros vinos es el lugar en el que nacen. Adentrarse en el majuelo es sentir cómo el paisaje lo impregna todo: la luz que cambia a lo largo del día, el olor a naturaleza, la calma que acompaña cada paso.

Caminar entre las cepas permite comprender muchas cosas antes incluso de probar el vino. La orientación del terreno, la brisa que recorre el paraje, la forma en que el sol incide a cada hora… todo influye, todo deja huella

Por eso ofrecemos experiencias pensadas para vivirlo desde dentro: catas estacionales, vino y firmamento, entre pinceles y vinos… momentos para disfrutar del viñedo tal y como es, sin artificios y con la tranquilidad que esta tierra regala de manera natural. Hay cosas que solo se entienden cuando se viven.

Cada año, cada vendimia y cada botella añaden una nueva línea a esta historia que continúa creciendo, siempre con el paisaje, la tradición y la naturaleza como protagonistas.
Bodega Entrevidas es, al final, el reflejo de todo lo que nos ha unido siempre: una familia que ha crecido entre viñedos, un territorio que marca carácter y una forma de elaborar que respeta lo que la tierra ofrece y lo que las generaciones anteriores nos enseñaron.

Cada vino nace de ese equilibrio entre origen y dedicación, entre historia y presente, entre lo que fuimos y lo que seguimos siendo.
Y mientras la viña continúa su ciclo y las estaciones vuelven a empezar, también lo hace nuestra manera de entender este proyecto: con calma, con cariño y con el deseo de que cada botella mantenga viva la esencia de este lugar y de quienes lo trabajamos.